Un noviembre en rojo: gana Trump y muere Fidel Castro

La agenda noticiosa de noviembre fue una de las más fecundas en acontecimientos relevantes a nivel internacional y nacional. En el plano internacional, la elección Presidencial de los Estados Unidos, con el triunfo de Donald Trump, acaparó todas las portadas y los principales programas noticiosos de la televisión. La muerte de Fidel Castro cerró un noviembre frenético. En las informaciones nacionales, el paro de los funcionarios públicos, las acusaciones contra Sebastián Piñera en el llamado caso Bancard, el posicionamiento de Alejandro Guillier y el estancamiento de Lagos en las encuestas, la elección en el Colegio de Profesores, el debate sobre los inmigrantes, el acotado cambio de gabinete, entre otras, marcaron este mes como uno de los más convulsionados.

La elección y las lecciones de Trump

Las elecciones en los Estados Unidos fue una de las más mediatizadas que se recuerden, incluso más que cuando ganó Barak Obama, el primer Presidente afro americano. El interés mediático estuvo preferentemente por el debate que produce el candidato Donald Trump y sus expresiones políticas, y hasta quizás, groseramente incorrectas, más que por sobre el resultado de la elección, el cual, era claro para la mayoría de los medios estadounidenses y extranjeros que se decantaron descaradamente por la candidata demócrata, Hilary Clinton.

Según analistas y entendidos en la historia eleccionaria de los Estados Unidos, nunca antes los medios estadounidenses habían tomado tan claras posiciones editoriales a favor de un candidato y en contra de otro. Un estudio hecho por Pablo Boczkowski, Doctor en Estudios de Ciencia y Tecnología, los medios que públicamente apoyaron a Clinton fueron 229 diarios y 131 semanarios versus 13 medios que lo hicieron por Trump (El Mostrador 08/11).

Ante este escenario es factible un cambio paradigmático respecto a la influencia de los medios en la creación de opinión pública electoral, ya que, si éstos apoyaron masivamente a la candidata demócrata, como se explica el triunfo del candidato republicano.

La respuesta a esta interrogante provendría de la utilización de las redes sociales, que permitieron saltarse la influencia de los medios y mantener un contacto directo entre el candidato y sus electores, entendidos éstos como público de marketing dirigido.

De comprobarse esta teoría, la elección estadounidense traería consigo una derrota aplastante de la influencia de los grandes medios masivos y una lección por aprender para el resto de los candidatos outsiders alrededor del mundo.

Por otra parte, en un dato sintomático en el uso de las redes sociales, hay que recordar que en la elección donde Barak Obama resultó electo, su triunfo, en buena medida fue atribuido al uso masivo de redes sociales por parte del candidato y sus seguidores, es paradojal que la lección fuera olvidada por los demócratas, pero recordada por los republicanos de nuevo cuño, como son los seguidores de Trump.

Los derrotados fueron muchos y no solamente los demócratas, a los medios masivos se unieron en la procesión de los derrotados, las principales empresas encuestadoras que dieron por ganadora a Clinton. Este fallo, que ya se había percibido en los casos del Brexit y el referéndum del acuerdo de paz con las Farc en Colombia, puede traer consecuencias insospechadas. Cualquier candidato alrededor del mundo que no se vea favorecido por los sondeos, podrá recordar la lección de Trump, mientras que, quienes han objetado el uso político que se da a las encuestas, encontraran poderoso argumento. ¿Error involuntario o utilización política? Lo cierto es que las encuestas, que en momentos alcanzaron una condición de realidad incuestionable, se verán ahora reducidas a un papel secundario.

Otros que sufrieron una derrota aún incalculable, fueron los partidarios alrededor del mundo de la globalización neoliberal. Este es un punto especialmente sensible para un país como Chile que ha apostado su desarrollo actual y futuro a la apertura, con tratados de libre comercio mediante, a todos los mercados mundiales. El Presidente electo, Donald Trump, ha declarado no ratificar el Acuerdo Estratégico Trans Pacífico de Asociación Económica (TPP), e incluso, revisar El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).

La globalización se impuso como un hecho incuestionable e irremediable, en los hechos, los países que se opusieron, tuvieron un destino nefasto, países como Afganistán, Irak, Siria, Libia, etc., fueron aleccionados por las potencias occidentales y reducido a “estados fallidos”. La oposición a la globalización neoliberal estuvo en manos de los movimientos sociales, quienes huérfanos de partidos de izquierda que los sustentaran, carecieron de poder para enfrentar tan arduo desafío.

Quienes se alzaron como defensores de los ciudadanos frente al poder transnacional, fueron los partidos socialdemócratas, que prontamente se unieron a la corriente globalizadora, presentando la cara más exitosa del llamado “Consenso de Washington”, que se reduce a que, tanto los partidos de izquierda, centro o derecha, ven en el neoliberalismo, la única política viable.

Este “engaño” redujo a las democracias liberales a un enfrentamiento electoral basado en ideas periféricas, en vez de visiones estratégicas diferentes sobre el desarrollo. Esta homogenización de la oferta electoral es la que está haciendo crisis en todo el mundo, con decepción generalizada de los ciudadanos que no encuentran quién represente sus aspiraciones.

Similar a lo que pasó con el tema del Brexit en Reino Unido, el triunfo de Trump es una derrota de la globalización proveniente desde la derecha nacionalista. Trump representa lo que se ha denominado la “rebelión del hombre blanco pobre”, predominante en los Estados Unidos, y que ve que su calidad de vida se ha visto mermada por la globalización y la deslocalización de las empresas. La promesa de Trump de traer de regreso las empresas, fue entonces, como dijo el documentalista Michael Moore, “música para sus oídos”. Por esta razón, la campaña focalizada de Trump en los estados industriales, tradicionalmente demócratas, fue una estrategia ganadora.

En la estrategia de campaña focalizada, las opiniones de Trump en contra de las minorías (latinos) mantenían una intencionalidad de escándalo que lo lleva a mantenerse permanentemente en las primeras planas de los periódicos, y, de paso, reforzar las opiniones de los hombres blancos pobres que ven que “su país no les pertenece”.

La estrategia de éxito de Trump se completa con el ataque permanente a los políticos tradicionales, creando una diferencia entre éstos y su figura, como la de un aparecido en política que pide una oportunidad de demostrar sus ideas de gobierno.

El ataque a los políticos profesionales viene como corolario del “Consenso de Washington”, ya que los políticos piensan y actúan de forma similar, se acomodan a diferentes escenarios, que en realidad son equivalentes. Como en la película Scorpio, el protagonista Burt Lancaster, un viejo espía de la CIA, le dice a Alain Delon, el agente encargado de eliminarlo: “no es importante ganar o perder, lo verdaderamente importante, es seguir en el juego”.

La falta de convicción e idealismo es censurada por los electores, por esto se ha convertido en una estrategia exitosa el diferenciarse de los políticos profesionales, criticándoles, exponiendo y denunciando sus lealtades, que por lo general se encuentran en el mundo de la empresa y el dinero.

Uno de los países más afectados por el triunfo de Donald Trump, es México, no por la retórica electoral de la construcción de un muro fronterizo, que por lo demás, ya existe en gran parte de la frontera, o por la deportación masiva de inmigrantes ilegales, que por lo demás todos los gobiernos estadounidenses realizan: durante el gobierno de Barak Obama, se calcula en más de 2 millones los expulsados. La retórica electoral supuso un nivel alto de simbolismo e incertidumbre, lo que llevó al derrumbe del peso mexicano. Por otra parte, la revisión de los tratados de libre comercio que promete Trump, afectaría directamente a México por el NAFTA.

Cuando se firmó el NAFTA en 1992, analistas arguyeron que significaría un golpe devastador para la economía agrícola tradicional mexicana, llevando a migraciones masivas campo-ciudad, y desarticulando el tejido social. Las predicciones alarmistas de los analistas parecen haberse materializado frente a un estado débil y agrupaciones mafiosas de narcotraficantes que controlan parte del territorio. Entonces, ¿podría ser beneficioso el fin del NAFTA para México?  A largo plazo podría ser, pero en lo inmediato, significa un deterioro económico evidente ya que la economía se mantiene orientada a la satisfacción de las necesidades de los EEUU.

Hay un grupo de derrotados significativo con el éxito de Trump, estos son los líderes y personeros políticos alrededor del mundo que se manifestaron denodadamente contra el Presidente electo, y que ahora deberán negociar, tratar o inclinarse frente a él. Por otra parte, el líder ruso, Vladimir Putin, quien apostó por la cercanía con Trump, se transformó en ganador, los medios titularon: “Por qué Vladimir Putin es más poderoso que la semana pasada” (BBC Mundo 15/11).

El nuevo trato que promete Trump con Rusia, distiende las peligrosas relaciones entre ambas potencias que, desde el conflicto en Ucrania y Siria, habían entrado en una lógica de “guerra fría”. Los dardos del electo Presidente se enfocan contra China, principalmente, por la capacidad industrial del país asiático.

La más peligrosa de las derrotas de Trump, son los ambientalistas, ecologistas y gente común alrededor del mundo, que cree que el cambio climático es el más difícil y grande desafío que enfrenta la civilización, ya que Trump se incluye entre los “negacionistas”. 

Muere Fidel Castro

El convulsionado mes de noviembre se cerró con la muerte del líder revolucionario histórico de Cuba. El fallecimiento del envejecido dirigente que se mantenía alejado del poder y el escenario público desde hace 10 años, significó un símbolo poderoso de cambio de época, su figura concentraba el odio y el respeto de multitudes.

Mientras los exiliados cubanos de Miami celebraban en las calles, líderes de izquierda e incluso socialdemócratas lamentaban y recordaban su figura. La muerte de Fidel se da en un contexto de auge de los gobiernos centro derecha en América Latina: Temer en Brasil, Macri en Argentina, y la crisis en Venezuela; mientras que en los EEUU triunfa electoralmente un candidato del ala derecha del Partido Republicano.

Algunos analistas mencionaron que el triunfo de Trump afectaría a Cuba respecto a la política de conciliación y normalización de relaciones impuesta por Barak Obama, sin embargo, como ha demostrado la historia de la revolución cubana, los ciudadanos tienden a unirse detrás del líder en momentos de dificultad, tal como fue en el llamado “Período Especial” tras la caída de URSS. Si Trump vuelve a fojas cero los avances con Cuba, la población se galvanizará tras un objetivo común. La estrategia de Obama respecto a la isla, se basa en los fracasos de la política del “garrote”, cambiándola por la vieja estrategia “de la zanahoria y el garrote”.

La agenda nacional

A pesar de lo convulsionada de las informaciones internacionales, la agenda mediática nacional también fue intensa. El hecho político social más significativo fue el paro de los funcionarios públicos en demanda de un reajuste de sus remuneraciones.

La política de austeridad propiciada por el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, para hacer frente a la desaceleración, significó presentar en la mesa de negociación un monto de 3,2%, que se situaba por debajo del aumento el IPC. Valdés sentía que las fuerzas políticas estaban a su favor para la aprobación en el Parlamento. Sin embargo, él y el comité político de La Moneda, habían hecho una lectura deficiente del momento político y la cohesión de la Nueva Mayoría. De esta forma, diputados oficialistas de todos los partidos votaron en contra del reajuste de Valdés. En un hecho posterior, los partidos oficialistas culparon al PC por votar en bloque en contra.

El PC, bajo una conducción al menos mediocre y en una situación contradictoria, dejo pasar el escenario para reafirmar su compromiso histórico con los trabajadores. De esta forma, el Partido Comunista chileno se mantiene en un status quo peligroso, al perder su influencia en el movimiento social (pierde la elección en el Colegio de Profesores) y mantenerse como el invitado de piedra en la Nueva Mayoría, al que rápidamente se puede echar mano para usarlo de “cabeza de turco”.

Valdés finalmente logró su objetivo de aprobar la propuesta de reajuste inicial. Este fue un triunfo pírrico, ya que se recrea el escenario del primer gobierno de Michelle Bachelet, en esa ocasión su ministro de Hacienda, Andrés Velasco, “ninguneo” la demanda histórica de los profesores, haciendo pivotear a una gran masa de electores de profesores y sus familias hacia el rechazo de la Concertación, lo que culminó con el triunfo electoral de Sebastián Piñera.

La influencia política de los ministros de Hacienda en los gobiernos de Michelle Bachelet ha sido tan notoria, que el senador del MAS, Alejandro Navarro, mencionó que “había votado por Bachelet y no por Valdés” en la elección presidencial.

Dentro de los hechos más destacados de noviembre, fue el conocido como caso Bancard, donde el diario electrónico El Mostrador entregó la información respecto a las inversiones del ex Presidente Piñera en una compañía pesquera peruana, durante el litigio en La Haya que significó, finalmente, la pérdida de mar chileno.

El golpe se dejó sentir con fuerza en el propio Presidente y el Chile Vamos. Mientras las cuestionadas encuestas reflejaron una ligera baja de Piñera, análisis de redes sociales (Interbarómetro de la Universidad Central) muestran el descontento ciudadano contra el ex Presidente. Las justificaciones insuficientes del ex mandatario, han hecho que personeros de Chile Vamos comiencen a mencionar la posibilidad que Piñera no sea su abanderado, potenciando las aspiraciones de Manuel José Ossandón.

En otra información destacada, Michelle Bachelet realizó un cambio de gabinete. Este se centró exclusivamente en los ministros con ambiciones parlamentarias, por lo que fue catalogado por la oposición y el oficialismo como insuficiente o como un “mero ajuste ministerial”. En los hechos, la permanencia del comité político fue percibido como un respaldo a una gestión considerada por moros y cristianos como “insuficiente”.

Finalmente, el tema de la inmigración entró con fuerza en Chile. Personeros de distintos colores entregaron sus recetas para la “regulación” del problema. Lo paradójico es que las críticas a Trump al respecto fueron fulgurantes, pero al parecer fue una lección sobre que el tema tiene rendimiento político electoral y puede ser aprovechado.

La inmigración se ha transformado en un problema por el estrechamiento económico de la desaceleración, ya que los inmigrantes chocan con los trabajadores locales por las vacantes de empleo.

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Obama intenta debilitar a Trump

La agenda noticiosa de noviembre llegó a un pick de informaciones trascendentes, principalmente en el plano internacional con el inesperado triunfo de Donald Trump en las elecciones de los Estados Unidos, y, la muerte del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro. En el ámbito local, la negociación con los empleados públicos, el caso Bancard, el cambio de Gabinete ministerial y el debate sobre la inmigración, marcaron la agenda.

En diciembre, la agenda informativa bajó su intensidad, sin embargo, existieron noticias que marcarán el futuro devenir de la geopolítica a nivel internacional, tanto como los acomodos políticos y económicos en el plano nacional.

Cambios abiertos y soterrados en la política internacional

Después del inesperado, especialmente por los medios masivos estadounidenses y sus “satélites” alrededor del mundo, de Donald Trump, analistas mediáticos incluidos por los mismos periódicos y televisoras decantados por la candidata demócrata, Hilary Clinton, comenzaron con una campaña post eleccionaria, que buscaba dos intenciones preponderantes: primero, disminuir los efectos económicos y políticos de la retórica electoral de Trump, para esto se insistió en que las “promesas” del candidato ganador tenían como fin la victoria electoral y que serían muy difícil de implementar por la oposición del propio partido Republicano. Segundo, mantener presión sobre Trump para disminuir su poder político obligándolo a “negociar” con la élite política-económica, derrotada tras los comicios.

La estrategia de demolición contra Trump, tuvo su momento culmine con la campaña para influir en la decisión de los representantes del colegio electoral designados por los ciudadanos que votaron indirectamente por Trump, para no apoyar al candidato republicano y dar el triunfo “por secretaria” a Hilary Clinton. En conjunto a una serie de protestas masivas en las calles de las principales ciudades estadounidenses que buscaban resaltar la “ilegitimidad” del triunfo de magnate.

Sin embargo, el colegio electoral ratificó el triunfo de Trump y las protestas desaparecieron en un intento de mantener el statu quo con una retórica de “hay que darle la oportunidad de gobernar”.

Más destructiva fue la estrategia seguida por el Presidente Obama para reducir la potencia política de Trump. Desde días antes de las elecciones los medios en EEUU se habían hecho eco de acusaciones de que hackers rusos o al servicio de dicho país, habían “robado” información de los principales líderes de la campaña demócrata para “desprestigiar” a Hilary Clinton, utilizando a WikiLeaks como instrumento de “guerra sucia”.

El Presidente Obama, mediante la instrumentalización de la CIA (recuérdese las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak que fue la excusa para la invasión), acusó el 17/12 formalmente a Rusia y al Presidente Vladimir Putin de “intervenir” en la campaña electoral estadunidense. La acusación causó escozor dentro de muchas personas en los innumerables países que han sufrido de la intervención abierta (invasiones y guerras) o clandestinas (golpe de estados o guerras civiles) de los Estados Unidos: que la superpotencia, gendarme mundial, fuera víctima de una intervención, además por un país que había sido desdeñado como actor relevante de la geopolítica mundial, parecía descabellado. Más aún, aunque así hubiese ocurrido, reconocer abiertamente el hecho, siendo que los EEUU vende al mundo, no solamente la visión de ser el país más poderoso en el plano militar y económico, sino que también como el líder indiscutido en materia tecnológica, es algo que escapa a la comprensión de los analistas; ya que un fin político interno, debilita la posición dominante de los Estados Unidos en el mundo.

Sin embargo, el Presidente Obama escaló aún más el conflicto al expulsar a 35 agentes de inteligencia y diplomáticos rusos de suelo estadounidense. La reacción rusa fue cauta, evitando caer en el juego de Obama al no tomar medidas y “esperar que Trump asuma como Presidente”.

La política del Presidente Obama intentó atacar a dos pájaros de un solo tiro, ya que debilita políticamente a Trump y maximiza la crisis con Rusia, obstaculizando las relaciones que Trump intenta promover con Putin.

Entre los factores que ayudan a entender las acciones de Obama, es necesario recordar los éxitos rusos en Medio Oriente. La intervención de Rusia en Siria comienza a mostrar sus frutos con la caída de la ciudad de Alepo, victoria de los partidarios de Bashar Al Asad que puede acercar el término del conflicto, ya que esta ciudad es clave en la mantención de una retaguardia logística estratégica para el Ejército Islámico.

Por otra parte, está el factor Turquía, país que fue utilizado por los EEUU y la OTAN como caballito de batalla en contra de Rusia, que tuvo su incidente más álgido con el derribo de un avión militar ruso. Después de este episodio, pareció que las relaciones entre Rusia y Turquía llegaban a un punto muerto, sin embargo, el intento de golpe de estado en Turquía, sin la condena explícita o tajante de los países occidentales, permitieron una nueva entente entre Putin y Erdogan, dejando a un lado la sólida relación Turquía-Estados Unidos y afectando de paso a la OTAN.

Como se puede apreciar, las complejidades en el escenario internacional son relevantes, más aún cuando el 19/12 es asesinado el embajador ruso en Turquía por parte de un policía “militante del Estado Islámico”. La información fue destacada por los medios mundiales, sin embargo, sintomático del estado de las cosas, fue que medios y personeros en los EEUU “justificaron” el crimen por lo ocurrido en “las atrocidades de Alepo”. De haber sido la víctima un diplomático estadounidense las repercusiones mediáticas y políticas hubiesen sido incalculables. En el caso ruso, nuevamente Putin dio muestra de mesura y frialdad, intentando no dañar las recompuestas relaciones con Turquía.

Los atentados en Alemania el 20/12 y en Turquía la noche de año nuevo, hicieron aumentar la sensación en la opinión pública mundial de inseguridad, alentando los sentimientos nacionalistas y xenófobos, y pueden tener injerencia en las elecciones del año 2017 en países claves de Europa como Alemania, Francia y Holanda, en los dos primeros, ha tenido un fuerte aumento las votaciones para la ultraderecha ante globalización y que buscan emular lo ocurrido con el Brexit y el triunfo de Donald Trump.

Mientras el mundo se convulsiona, el Presidente electo, Donald Trump, empieza a mostrar que su retórica electoral se encamina a convertirse en una realidad para su administración, para esto entregó claros mensajes a través de los nombramientos de sus colaboradores ministeriales, poniendo a un empresario petrolero, Rex Tillerson (CEO de Exxon Mobil) como secretario de Estado, y cercano al Presidente ruso, Vladimir Putin, dando señales que su acercamiento a Rusia será uno de los ejes de su presidencia. En medio ambiente nombra a Scott Pruitt, un “negacionista” del cambio climático, mostrando la creencia de parte de la élite conservadora de los EEUU que opinan que el “cambio climático es un gigantesco engaño”.

Las señales entregadas por Trump tuvieron consecuencias, Ford anunció que no invertirá en una nueva planta en México, llevando los puestos de trabajo al golpeado estado de Michigan, haciendo un guiño al nuevo Presidente.

El giro hacia el proteccionismo de la próxima administración estadounidense tanto como el Brexit de Reino Unido, muestran un cambio radical geopolítico, dejando a países como Chile, con una economía absolutamente abierta al mercado mundial mediante tratados de libre comercio, en aprietos. Desde ya, la élite político económica chilena debiese debatir cómo se continuará el desarrollo en un escenario adverso para el libre comercio. Este debiera ser unos de los puntos centrales del debate en las próximas elecciones presidenciales.

En otro punto de cambio impuesto por Donald Trump, está en su relación con los medios de comunicación, los mismos que se mostraron graníticamente en su contra. El Presidente electo no da conferencias de prensa ni un gran número de entrevistas, comunica sus medidas directamente a los ciudadanos a través de Twitter, bypaseando a los grandes medios, éstos tienen que comunicar indicando los twitteres de Trump, sin posibilidad de tergiversaciones.

El triunfo de Trump y el Brexit como reacción nacionalista contra la globalización es explicado por el economista Branko Milanovic, quien detalla los grandes perdedores de la globalización: “a lo que llamamos «clases populares occidentales» son aquellos sectores que son más ricos que los asiáticos pero que se encuentran en los estratos más pobres de sus propios países, que son fundamentalmente los de Europa Occidental, Norte América, Oceanía y Japón. Son los que no han ganado nada con la globalización y, de hecho, son sus víctimas porque han sido golpeados por procesos de desindustrialización, el incremento de la competencia económica internacional y un mercado de trabajo global que hace aún menos competitivos a los trabajadores no cualificados” (rebelión.org 28/12).

Agenda nacional: ¿la colusión derrumbará el sistema?

Dentro del desarrollo de la agenda noticiosa nacional, el hecho más destacado, fue el trascendido de la colusión de los pañales. En la investigación hecha por la Fiscalía Nacional Económica (FNE), en el caso de la colusión del papel confort, se obtuvo el antecedente (filtrado por La Tercera) de que la Compañía de Papeles y Cartones (CMPC) había mantenido contactos con Kimberly Clark para fijar el precio de los pañales. El caso remeció nuevamente al mercado, recordándose la ya larga lista de empresas sorprendidas o “autodelatadas” en prácticas anti competitivas como los mercados del pollo, los supermercados, las farmacias, las compañías navieras y más recientemente, las acusaciones del CEO de WOM, Chris Bannister, respecto a éstas prácticas en el mercado de la telefonía móvil.

La colusión de los pañales causó indignación en la opinión pública, quien ve con perplejidad como Chile, considerado modelo de la libre competencia, desmorona su sistema económico en mercados concentrados oligopólicos o duopólicos, mientras que en los mercados donde parecía haber competencia, las compañías buscaban la forma de “entenderse” entre ellos, perjudicando a los consumidores.

La actuación de la FNE en el caso coadyuvó a aumentar la sensación de desamparo de los ciudadanos. La Fiscalía se mostró “indignada” por las filtraciones, cometiendo un error comunicacional típico de entidades no sujetas a escrutinio público, al no mostrase preocupada por el daño a los consumidores y sí por la falla de los procedimientos internos que produjeron el trascendido. Posteriormente la FNE, que en un comienzo señaló que habría una investigación, decidió sobreseer el caso por estar “prescrito”.

El actuar “errático” de la FNE no solamente creo un daño en la confianza pública en las instituciones y en el mercado, además, comunicacionalmente, dañó a la propia CMPC, compañía que hubiese preferido que el tema de la colusión del papel confort se hubiesen aportado los antecedentes de los pañales, para haber pasado de una vez el chaparrón, en vez de estar doblemente expuesto.

La colusión de los pañales implicó un alto nivel de reproche también del mundo político, llegando el diputado Boric a señalar a través de Twitter que: “La papelera (CMPC) nos está dando buenos motivos para volver a pensar en posibilidad de expropiación. ¿Se podrá tener debate serio al respecto?”. La sola mención de la palabra “expropiación” debe haber causado escozor en algunos sectores de la sociedad, sin embargo, su propuesta pasó rápida y sabiamente desapercibida, ya que la indignación popular se habría exacerbado de salir personeros políticos a descalificar la propuesta del diputado.

A días de saberse de la colusión de los pañales y la impunidad en que se mantendrá, se realizó el juicio al diputado desaforado Gaspar Rivas por los insultos al empresario Andrónico Luksic. La condena fue triunfo pírrico para el hombre de negocios, ya que se dio en un escenario de alta desconfianza hacia la élite económica nacional, por ende, la Justicia corroboró algo evidente, los insultos del diputado, pero el por qué, quedó expuesto como algo con lo que los ciudadanos podrían identificarse.

En otra información que no tuvo gran repercusión mediática pero que puede tener importantes derivaciones, El Mostrador el día 13/12 publicó que: “Una de las tres grandes calificadoras de riesgos le bajó la perspectiva crediticia a la economía a ‘negativa’ y citó como argumento la prolongada desaceleración de la economía que está contribuyendo a un ‘deterioro relativamente rápido’ de su balance soberano. Y fue lapidario en decir que Chile ‘está experimentando la erosión más rápida de cualquier soberano en la categoría 'A, dijo Fitch.”

Esta información se da en un contexto de administración del Estado en que el ministro de Hacienda se la jugó por la austeridad en el Presupuesto de la Nación 2017, y, en el costoso conflicto con los funcionarios públicos que tuvieron reajuste salarial inferior al IPC, y que puede tener grandes costos políticos en un año electoral. Por otra parte, la austeridad impide la participación “keynesiana” del Estado en la reactivación económica.

En otros hechos destacables de diciembre, ocurrió el regalo de una muñeca inflable al ministro de Economía, Luis Céspedes, en el marco de la cena anual de la Asexma. El infantil hecho escaló cuando la propia Presidenta Bachelet se refirió al tema “condenándolo”. Las palabras de la Presidenta tuvieron el respaldo político y ciudadano, sin embargo, la Presidenta, que suele estar ausente de los grandes debates nacionales, en esta ocasión entregó su opinión. Las palabras presidenciales acá y en el caso de “voyerismo” en la Armada, muestran que la Presidenta Bachelet, busca en los temas de género la posibilidad de enfocar el último año de su mandato, ya que las iniciativas políticas como la nueva Constitución, se ven lejanas de ser concretadas, ya sea por falta de cohesión política o la desaceleración.

Para terminar, descaremos dos hechos significativos. Primero, el caso Bancard, que involucró al ex Presidente Sebastián Piñera en negocios con una empresa pesquera durante la controversia marítima con Perú en la Haya, no ha afectado sus aspiraciones presidenciales de acuerdo a los últimos sondeos de opinión. Segundo, de forma ignorada por los medios, se comienza a formar un bloque de izquierda extraparlamentaria, Frente Amplio, con miras a las elecciones presidenciales y parlamentarias de este año. Si bien el conglomerado es incipiente, en el revuelto escenario electoral del 2017, puede convertirse en un referente que aglutine el voto y las aspiraciones de los descontentos, afectando la votación del candidato oficialista. De hecho, el triunfo de Jorge Sharp en la elección municipal en Valparaíso, alienta las esperanzas de esta nueva izquierda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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