Se presidencializa la elección municipal - Septiembre 2016

La agenda noticiosa de septiembre se caracterizó por una disminución en la intensidad de los sucesos, sin embargo, las principales informaciones se enmarcaron en lo que podría denominarse “una agenda de transición”, con hechos que implicarán el cómo se desenvuelva el devenir político-económico de los próximos meses y del año 2017.  De esta forma, encontramos informaciones tales como el Presupuesto de La Nación, la “presidencialización” de las elecciones municipales y el anuncio de formalización de Marco Enríquez, donde sus reales implicancias recién se esclarecerán el próximo año.

Por la crucial elección parlamentaria y presidencial del año 2017, el debate del Presupuesto de la República, se inició con bastante antelación.  Los políticos de oposición, tanto como los think tank de la centro derecha, comenzaron ya el año 2015 a bombardear a la opinión pública con informaciones que hablaban de “responsabilidad fiscal” o los peligros del aumento del gasto público para la clasificación crediticia de Chile.  Lo que estaba detrás de estos mensajes se podría interpretar como limitar el gasto del fisco para dificultar la utilización del motor del Estado como ente generador de empleo o iniciativas sociales que sirviesen como cuña para la elección Presidencial del 2017.  Tan tempranamente como el 2015, personeros del Instituto Libertad y Desarrollo hablaban de una posible “recesión”, término que en el mercado y en el mundo de los analistas económicos, recién fue introducido por el departamento de estudios del BBVA en el mes de septiembre del 2016, mencionando la posibilidad de una “recesión técnica” y, de esta forma, influyó sobre el Banco Central para bajar las tasas de interés.

La respuesta del oficialismo fue tardía.  Solamente en el mes de julio del 2016, el Partido Socialista alertó que: “difícilmente los partidos que apoyamos al Gobierno tendremos éxito en las próximas elecciones si la economía sigue su camino hacia el estancamiento.  Ello explica la insistencia de la derecha de obtener el equilibrio fiscal en el corto plazo, buscando evitar así la adopción de políticas contra cíclicas y restarles ritmo a las reformas…” “Una política fiscal solo focalizada a obtener austeridad en el corto plazo podría mantener o ampliar la brecha entre el crecimiento observado y el producto potencial, llevando así a un deterioro creciente de las finanzas públicas y en los niveles de empleo e ingreso” (La Segunda, 24/08).

Hay que recordar que las políticas contra cíclicas llevadas a cabo en la primera administración de la Presidenta Bachelet, tuvieron certero impacto en limitar la crisis sub prime, a pesar de que no permitió la continuidad de los gobiernos de la Concertación, derrotados por la Alianza de Sebastián Piñera.  De esta forma, Bloomberg señala que: “Chile es el único acreedor neto en la región y que está frenando el estímulo fiscal como una medida de precaución para mantener su nota crediticia”.  Para rematar con “el objetivo de Hacienda es reducir el déficit fiscal y en el presupuesto dio prioridad a mantener la reputación de la economía chilena de prudencia fiscal por sobre la necesidad de reactivar la economía con un nuevo estímulo fiscal” (El Mostrador, 30/09).

La tardanza en crear estrategias comunicacionales viables para contrarrestar los esfuerzos de la oposición, significó el menor aumento de un Presupuesto en los últimos 14 años, siendo aún menor al 3%, fijado como límite en lo que se acuñó como “responsable”.  Así, la suerte estaría echada, sin que el Estado pueda incidir en la reactivación económica y mantener, como lo ha hecho los últimos dos años, bajos los niveles de desempleo y fortalecer las capacidades políticas electorales de la Nueva Mayoría.

El estado actual de las cosas ha sido, en no poca medida, responsabilidad del Ejecutivo, ya con el ministro Alberto Arenas liderando en Hacienda, las previsiones sobre crecimiento y precio del cobre fueron absolutamente erradas, lo que llevó al fisco a mantener un alto ritmo de gasto que podría haberse mitigado de tener cifras más ajustadas a la realidad, permitiendo un desembolso escalonado de acuerdo a los avatares político eleccionario.

Los errores en Hacienda no han sido privativos de la era Arenas.  La propia Bloomberg, tras conocerse el Imacec de julio publicó: "Un año y medio después de que el Subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, dijera que podía ver los ´brotes verdes´ de recuperación, y siete meses después de que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dijera que la economía había superado su ´punto bajo´, la economía de Chile sigue de capa caída" (Pulso, 05/09).

Por otro lado, durante septiembre no solamente malas noticias tuvo la Nueva Mayoría, ya que se dieron a conocer los resultados de la encuesta Casen, donde la pobreza disminuyó desde un 14.4% a 11.7%.  La encuesta Casen que ha tenido diferentes cuestionamientos como lo ocurrido durante el Gobierno de Sebastián Piñera en el año 2012, donde el Ejecutivo se “apropió” de la baja de la pobreza y gatilló las críticas de la Concertación por la metodología y el margen de error del estudio.

En un verdadero déjà vu, el Gobierno de la Nueva Mayoría celebró el logro, mientras que la oposición cuestionó la “metodología”.  Para el Ministro de Desarrollo Social, Marcos Barraza, los distintos indicadores reflejan la “efectividad” de las políticas públicas del gobierno de Michelle Bachelet.

Sin embargo, los medios no ahondaron en un factor relevante: la disminución de la pobreza se ha dado en un contexto de bajo crecimiento y desaceleración, lo que cuestiona el paradigma de que solamente el crecimiento económico sería el “Santo Grial” para eliminar la pobreza y el subdesarrollo.  Este enfoque, basado en la mitigación de la desigualdad por acciones concretas del Estado y no en la política del “chorreo”, que está en la base del discurso reformista de la Nueva Mayoría, trae consigo el efecto de crear divisiones entre la élite dirigente.

Un tema que fue noticiado durante septiembre, pero que no tuvo grandes repercusiones mediáticas atribuible al intento de regreso a las políticas de los “consensos", fue sobre el modelo chileno de desarrollo y las emisiones de gases de efecto invernadero que aumentaron un 150% desde el regreso a la democracia (La Tercera, 20/09).  Las políticas de desarrollo basados en la sobre producción sin cuidado del medio ambiente, como lo ocurrido en la industria del salmón, agotan a la economía chilena, que tiene que buscar formas innovadoras de creación de riqueza, desafío a lo que no está ajeno la gran minería del cobre y la producción de Codelco y que seguramente estará en las propuestas de los candidatos presidenciales.

En lo netamente político, la irrupción de Ricardo Lagos como candidato presidencial, tuvo la consecuencia de “presidencializar” las elecciones municipales, convirtiendo a los candidatos presidenciables en referentes fotográficos destacados, donde los aspirantes al sillón edilicio, en una campaña austera, por las nuevas leyes de financiamiento de la política, buscan asociarse a una figura reconocible y de peso mediático.  Como dijo un edil aspirante a la reelección, los “alcaldes amamos a Lagos” (Santiago Rebolledo, alcalde de La Cisterna).  Sin embargo, la entrada triunfal de Ricardo Lagos como candidato, rápidamente ha tenido sus críticas, donde no faltan las organizaciones sociales que cuestionan el diseño del Transantiago o el Crédito con Aval del Estado.

Por otra parte, el apoyo inmediato que tuvo Ricardo Lagos por parte de conspicuos empresarios, fue visto a posteriori como un error que podría impactar en su apoyo popular.  De esta forma lo entendió el director de Codelco, Oscar Landerretche, cercano al ex Presidente, que en entrevista con La Segunda explicó que: “a los empresarios se les va a quitar rápido el entusiasmo” con Lagos.

Por su parte, el candidato de la Nueva Mayoría mejor evaluado en las encuestas, Alejandro Guillier, criticó a Ricardo Lagos por su mesianismo: “el peor error es decir señores, el país está descarrillado, es la peor crisis, estoy disponible, o sea, Bernardo O’Higgins apareció en el horizonte.  Soy el salvador de la patria.  En vez de decir hay dificultades, estoy disponible a trabajar donde sea necesario” (La Tercera Internet, 15/09).  Por otra parte, la candidatura de Alejandro Guillier recrea el personaje destinado a realizar los cambios que los ciudadanos reclaman, no imbuido en la maquinaria partidaria, sin nexos con las empresas y alejado de los actos de corrupción, un personaje ideal que puede permitir triunfar nuevamente el gobierno de la Concertación, hoy Nueva Mayoría.

En una eventual primaria, donde el nivel de participación sería incluso inferior a la última elección presidencial del 2013, el senador Guillier se vería en problemas frente a Ricardo Lagos, quien tendría el apoyo del PPD y el PS y sus maquinarias partidarias, por lo tanto, el candidato más competitivo frente a Piñera podría perderse en dicha instancia.

Por otra parte, el anuncio de formalización de Marco Henríquez en el caso SQM, tiene el poder de liquidar definitivamente sus aspiraciones presidenciales, quedando vacante, por el momento, el puesto de candidato por fuera de los dos grandes conglomerados.

En un fenómeno creciente se han convertido las repetidas fallas que han tenido las encuestas políticas para desentrañar las preferencias ciudadanas frente a alternativas cruciales.  Es así que los sondeos de opinión en España fracasaron rotundamente en la última elección al otorgarle una votación mucho mayor que la que finalmente obtuvo Podemos, mientras que en el referéndum sobre el Brexit, las encuestas daban como seguro ganador al “no” al alejamiento de Europa y, en nuestra región, las encuestas vaticinaban un triunfo seguro del “si” al acuerdo con las Farc, la realidad fue nuevamente lo contrario.

¿Qué está pasando con instrumentos que eran vistos como seguros predictores del clima ciudadano?  Las complejidades de sociedades “hastiadas” con las élites políticas y empresariales, sin referentes nuevos que encarnen sus aspiraciones, se debaten a la deriva y votan para “hacer daño” al status quo, más que por propuestas constructivas.  Los análisis entonces deben adecuarse al escenario complejo actual, incorporando nuevas variables que permitan explicar el comportamiento de los ciudadanos.

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